sábado, 4 de diciembre de 2010

(Cualquier parecido con la realidad es meramente causal, quiero decir... casual).

Rubén e Ifi charlando mientras se toman unas birras.

R- Yo soy una persona muy normal. Nunca pienso demasiado y paso bastante de todo, nunca me complico la vida. Por ejemplo, el otro día hablé con tu amiga y sólo porque le parecí pesado, me mandó a tomar viento; pero sinceramente, ¿crees que me importa? Me da igual, qué quieres que te diga, me la suda bastante esa chica, ni siquiera la conozco. Es más, creo que todo fue culpa tuya por decirme que me presentara de esa manera, pero no me importa, de verdad. Lo he pensado y creo que eso que me dijiste que le dijera que el otro le dijo porque se lo habían dicho, la asustó. En fin, ¿y a mí qué?

I - Para darte igual, parece que has pensado mucho en ello, ¿no crees?

R- No, si a mí me importa un bledo, pero entiéndelo. Me parece curioso que primero me hable, luego no… pero en realidad, me resulta totalmente indiferente, todas las mujeres sois iguales.

I - ¿Ah, sí? ¿Y cómo somos?

R- Fácilmente volubles, criticonas, manipuladoras, os complicáis mucho la vida y pensáis demasiado, necesitáis siempre a alguien del sexo opuesto detrás de vosotras, no sabéis estar solas, os contradecís constantemente, os gustan las tostadas con mermelada y mantequilla… Podría pasarme todo el día contando vuestras virtudes, pero no me apetece malgastar más tiempo.

I - ¿Tú nunca te complicas?

R- No, yo nunca, ya te lo he dicho. Además, nunca voy detrás de nadie, ni nadie viene detrás de mí. Cuando tú vas, yo vengo y cuando tú vienes, me escondo. Tampoco suelo criticar sin razones. Quiero decir, si veo a alguien con un sombrero rojo, le critico; ¡pero es que el sombrero es rojo! ¿Qué quieres que haga?

I - ¿Y si esa persona cambia de sombrero?

R - Si un día tiene mal gusto, siempre lo tendrá, es matemático.

I - En realidad, a eso se le llama inducción y no es matemático. La vida, en general, no es matemática y mucho menos las personas.

R- Bueno, ¿y qué más da? Si cambia de sombrero y su sombrero no me gusta, le criticaré también.

I - ¿Y si un día esa persona se pone el sobrero que a ti te gusta? Entonces, ¿le criticarás?

R- También, porque entonces ya no será ella misma.

I - Pues si esa persona fuese yo, me joderían tus críticas, pero seguiría haciendo lo que me diese la gana. Uno tiene que hacer lo que quiere, a la mierda los demás.

R- Ah, pero te joderían mis críticas, eso demuestra tu debilidad. Como a mí todo me da igual, en especial lo que digan las mujeres…

I - Pues el otro día Ali me dijo que te comentó que no le gustabas y que no entendía lo que las demás veían en ti, y te pusiste como una furia.

R- Bueno, sí, pero me da igual. Es así de simple.

I -(Silencio y cara de circunstancias).

R- ¿Qué pasa?

I -¿A ti te gustan las tostadas con mermelada y mantequilla?

R- Sí, me encantan, ¿por?

(en)FIN

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