martes, 18 de octubre de 2011

soy

no ser tímida.
no tener vergüenza.
no callarme.
no ser descuidada.
defender.
no dudar (prohibidos los "no sé" y los "lo que quieras").
elegir.
ser independiente.
crear planes.
vitalizar.
tener metas.
crear momentos.

¿y ser yo misma?
¿quién soy?

tímida.
vergonzosa.
tengo huevos.
creativa.
descuidada.
nerviosa.
inteligente.
pasional.
sensible.
perfeccionista.
intuitiva.
despistada.

domingo, 16 de octubre de 2011

lo importante

I - Hola Dios.
D - Hola Isa. ¿Cómo tú por aquí? Raras veces vienes. Eres de las personas más ateas que conozco.
I - Lo sé, tampoco te creas que ahora pienso que eres tú. Probablemente eres yo hablando conmigo misma.
D - Probablemente. ¿No te da miedo lo que piensen los demás sobre esto?
I - Un poco, por eso esta nota no es pública. O eso creo, pero si lo es, ¿qué más da? Los demás han pensado esto muchísimas veces aunque digan que no y si no lo reconocen es porque no saben ver dentro de sí mismos. Parece una locura, pero es lo más normal del mundo hablar contigo cuando una está jodida.
D - ¿Qué te pasa?
I - Las bromas estas que me gastas, que no son normales. ¿Sabes lo doloroso que es? ¿Sabes cuánto sufro? Hasta hace poco pensaba que el sufrimiento era una sensación, flor de un día. Pero no, el sufrimiento es un momento, y en el sentido del que tú sabes que estoy hablando he sufrido más que por enfermedades físicas, he sufrido más que por humillaciones y he sufrido más que por soledad.
D - Vaya, sí que es importante. ¿Por qué no te habías dado cuenta antes?
I - Porque es ahora cuando soy más consciente de ello, porque es ahora cuando lo tengo claro. Lo veo transparente como el agua. No sólo lo miro pensando en el pasado, lo miro pensando en el presente y hacia el futuro.
D - ¿Crees que me gusta ver sufrir a mi creación?
I - No, creo que eres un cachondo con un sentido del humor un poco oscuro.
D - Bueno Isa, ¿por qué has venido realmente?
I - Ya lo sabes, tú lo sabes todo.
D - Lo sé todo, y sin embargo, no hago más que preguntar.
I - He venido para pedirte algo.
D - ¿Qué es lo que quieres?
I - Quiero que se me vea y que me quieran por lo que soy. Quiero que se reconozcan mis huevos y mis ganas de vivir, y se me critique menos por las cosas que no importan. Quiero que se vea que no me arrepiento de algunas cosas como de haber estudiado filosofía, que es de las mejores cosas que he hecho en mi vida y no importa si esa decisión fue más pasional que racional. Quiero que se vea que sí me arrepiento de otras, y que jamás las volvería hacer porque aprendo y porque ahora las cosas son muy diferentes para mí. Quiero que se vea tras mi vergüenza y mi timidez, pero que acepten mi vergüenza y mi timidez. Quiero vivir rodeada de cariño, no digo sin problemas, que los problemas vienen solos. Quiero que me digan que sí he enseñado cosas valiosas, que piensen en ello. No quiero dormirme en los laureles, ni que se duerman conmigo. No quiero ser dependiente de nadie. Lo que yo quiero es que cuando le diga a alguien que hay cosas que no había hecho hasta ahora por nadie o lo especial que es para mí, no se sienta mal y huya despavorido. No me importa que no haya simetría, pero al menos, un tacto. Pero es que, Dios, no me das ni el mínimo, y tú y yo sabemos en qué canción estoy pensando. ¿Cómo acabará esto?
D - Acabará pronto, como todas las vidas.
I - ¿Me darás lo que quiero por una vez?
D - Sí.
I - Sé que probablemente no sea así, pero gracias, ahora me siento mejor.
D - ¿Quieres escuchar algunos chistes?
I - Vale.
D -La eternidad se hace larga, sobre todo al final.
Morir es como dormir, pero sin levantarse a hacer pis.
No creo en una vida más allá, pero, por si acaso, me he cambiado de ropa interior.
Sigo preguntándome si hay vida después de la muerte. Y si la hay, ¿Le cambiarán a uno un billete de veinte pavos?.
¿Existe el infierno? ¿Existe dios? ¿Resucitaremos después de la muerte? Ah, no olvidemos lo más importante: ¿Habrá mujeres allí?
¡Si sólo Dios me diera una señal clara!… como depositar a mi nombre una enorme suma de dinero en un banco suizo.
Hay peores cosas en la vida que en la muerte. Si has pasado una tarde con un vendedor de seguros sabes a lo que me refiero.
I - Ehm... Escucha Dios, ¿esos chistes no son de Woody Allen?
D - ¿Y qué? ¿Acaso no son geniales?

sábado, 15 de octubre de 2011

es doloroso,
dolorosísimo,
construir este blog
y saber de qué va realmente.

poema de amor

podría ser un poema de amor,
pero hoy, no hay peor tema.

estoy esperando pacientemente a que llegue
la última hostia de mi vida,
tan inevitable,

con tantas ya a la espalda
y te hace el mismo daño que todas las demás.

justo ahora que ya había aprendido
a comportarme.

¿y después qué? ¿la paz? ¿la muerte?
quién sabe,
no hay nada seguro
después de la última hostia.

ah sí,
que es la última,
eso seguro.

mira la vida que he tenido,
mira la suerte que he tenido,
podría haber hecho mala a una buena persona.

es lo que dice una canción de los smiths.

y continúa:
así que, por favor, por favor,
déjame conseguir lo que quiero esta vez,
Dios sabe que sería la primera vez.

no he tenido un sueño en mucho tiempo,
mira la vida que he tenido.

la vida es frustrante en ocasiones.

domingo, 2 de octubre de 2011

Sueños de ciudad

Durante una parte de mi vida pensé que uno de mis sueños era vivir en una ciudad grande, donde nunca pudiera aburrirme, una ciudad que me diera la oportunidad de vivir con más libertad y de estar siempre conociendo cosas nuevas. Por suerte, pude vivir en una de esas ciudades, sentía cosquillas cada noche antes de salir, sabía que fuera me esperaban cientos de aventuras: libros, cafés donde escuchar poesía, personas curiosas, esculturas, paisajes, pero sobre todo la noche. La noche, los besos, los bares, las copas, pintar las calles, el aire marchito y su humareda. Descubrir una ciudad cuando te parece infinita es algo maravilloso. Así fue, vi mil maravillas en su horizonte repleto de edificios antiguos y atardeceres brillantes.

Pero un día Rubén, que en parte había hecho que esa ciudad fuera tal y como la conocí, me dijo: "las ciudades grandes también se gastan, llega un día en el que se acaban". Yo no llegué a gastar esa ciudad, pasé mucho tiempo allí, pero no el suficiente como para gastarla del modo al que él se refería, no llegué a conocer todos sus misterios, ni sus hilos y entresijos. Sin embargo, la gasté de otra manera, aquella ciudad fue un momento, un tiempo, fueron las personas, fue una situación vital. No es lo que deseo, la felicidad a costa del dinero o de vivir en una buena casa, el querer que otros te miren. Esos no los reconozco como mis sueños.

Recuerdo que en otro tiempo pensé que lo mejor era conformarme con lo que tenía, halagar esta otra ciudad mal construida por el simple hecho de que es mi ciudad natal. El autoengaño consistía en decirme a mí misma lo hermosa que era mi ciudad, lo bonita que estaba siempre sin pensar en lo que había tras la mampara. Cantar su himno, seguir su equipo de fútbol, comer buñuelos e incluso habituarme a los petardos. Esta ciudad tiene tantas cosas criticables, es tan mísera, tan pequeña, hay tan poca cultura, los que la gobiernan hacen de lo que podría ser precioso algo horrible. Supongo que ese sueño, como primer sueño que tuve, no era un sueño, era pensar que no podía aspirar a nada más. Ese sueño coincidió con las pocas esperanzas que tenía por aquel entonces e incluso con mi perspectiva del amor. ¿El amor? El amor no existe. Qué tontería, por favor. Si yo estaba deseando sentir y que sintieran.

Ahora, en cambio, estoy volviendo a tener sueños que parecía que había olvidado. He vuelto a recordar y a sentir lo mucho que me gustaba Irlanda o Escocia cuando veía ilustraciones de esas ciudades en algún libro. Preciosas, con sus tremendos campos verdes y su simpleza. Y ya no me refiero únicamente a las capitales de esos países, me refiero a alguna de sus ciudades pequeñas, a la sencillez, a las casas de colores, a la cerveza negra, al contraste del cielo nublado con los campos verdes llenos de primavera, a los animales, a los círculos pequeños de buenos amigos, a las noches con estrellas.

Así es como me recuerdo antes de que nadie influyera en mis sueños, y así vuelven a ser los sueños de ciudad que tengo ahora.
también comprendo tu interpretación.

yo no podré hacerte sentir de esa manera,
no seré ese mar gris que te arrastre hacia el abismo
y te ahogue en la profundidad de sus cuatro paredes.

y dirás: mejor.

pero hablarás de lo que te hizo sentir la marea,
de esa luna curva reflejada y sus cosquillas,
de la misma intuición del peligro que en vez de apartarte
te lleva cuál polilla a la luz.

tú no eres de los que nadan hacia la orilla.

y todo lo demás se quedará pequeño.
por áquel entonces no había otro mundo afuera.

me subestimas,
me subestimas cuando me miras con el rostro alzado,
a medio gesto
y te crees que no me entero,

yo me doy cuenta de tus adicciones
y de cómo te enganchas y no dejas nada para las hienas.

y no quiero sentir más envidia.
Lagos profundos de lucidez
aparecen tras el primer rayo de Sol.
Inteligentes,
mirando fijamente lo que se oculta tras el secreto.

Ha matado tantos dragones
que ya no recuerda los verdes del viaje.

Sueña.
Vísceras,
ojos que comen ojos,
ratas pudriéndose en su intestino
y escamas.
El hombre de arena
siempre guarda una última sorpresa para él.

Un trapecista se columpia en sus párpados
que caen cansados cual guillotina.
Se levanta,
lucha,
sostiene el universo.

Valiente es el niño
que reconoce sus miedos.