sábado, 4 de diciembre de 2010

brujas y niños

Apenas se oye nada en el jardín de los cerezos, una mujer barriendo el hinojo canta sus celos y cuatro ojos la observan desde la casa de Gretel. La bruja de las siete lenguas ha roto a llorar ginebra al ver a los niños felices: crueles alimañas come azúcar, sucios pies rompe zapatos, ¡devolvedme mi escoba! Los dos juntos desde la ventana de algodón ríen sin pausa con dientes de aguja, el niño saca la lengua metiéndola en el ladrillo de menta, alzan el pañuelo rojo para despedirse. En el cementerio de la cebada se muere de pesar una mujer sin escoba: ya no barre el hinojo, ya no canta sus celos. Los niños han crecido, perversos ríen tras el castillo de huesos.

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