domingo, 2 de enero de 2011

londres

Todavía recuerdo tu grandeza de capital y la soledad de tus calles infestadas por el gentío extranjero. Las ciudades están vivas. Ten cuidado con los ojos de las brujas que pretenden arrebatarte el rostro por las esquinas, escucha los pasos rutinarios de los soldados muertos en el teatro, a cada hora, a cada minuto. Siente como la gente te rodea, te empuja cariñosamente, y te siente extraña y azabache. Siéntete más cómoda con la premonición de un puñado de gitanos bebiendo té a las cinco de la madrugada. Vi campos amarillos en lugar de soñados verdes.

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